sábado, 26 de septiembre de 2009

Del Humus de la Mente y la Hierba que Crece

Esta semana he recibido la estupenda noticia de que un relato mio, "Una en un Millón" fue aceptado para su eventual publicación en Axxon, la prestigiosa revista electrónica de ciencia ficción. Un cuento que me llevó algo así como año y medio lograr escribir, pero que venía gestandose en mi cabeza hacía quizas más de una década.
¿De donde saca uno sus ideas para una historia? Porque no hay duda que el proceso creativo envuelto en la construcción de una obra de ficción es muy distinta a cuando escribimos un ensayo o un articulo académico o de cualquier otra clase. Tolkien hablaba del humus de la mente, constituido por todas las cosas que había leído, y en verdad, de todas sus vivencias acumuladas, y donde de pronto surgían algunos brotes. Muchos terminan marchitandose, pero otros, como en el caso del gran maestro de la fantasia heroica y su Señor de los Anillos, se convierten en tremendas sequoias, para llegar a ser ellos mismos humus en la mente de otros creadores.
Es así como, al menos en mi caso, las ideas nacen en un momento indeterminado, y quedan ahí dando vueltas, emergiendo de vez en cuando, transformadas por algun nuevo elemento, alguna nueva vivencia.
Y luego viene la magia. Un día o una noche de especial inspiración, donde finalmente ese "otro yo" del que habla Kate Wilhelm en su espectacular "Storyteller" plasma en palabras aquellas imagenes y sentimientos que eran las hojas y el tallo de aquel brote en particular.
No podría siquiera saber la multitud de detalles que confluyen para dar forma a una historia en particular. Pienso en "Una en un Millón", y si, quizas están plasmadas allí mis propias frustraciones románticas de la adolescencia, y también la experiencia de un adulto que ya ve por espejo retrovisor todo aquello. Por supuesto, está también Charles Dickens, ya que el cuento es de alguna forma un homenaje bastante explicito a "Grandes Esperanzas", y también Blade Runner.
Y está esta escena, la que aparece adjuntada en este comentario, perteneciente a la presentación de un juego de Play Station llamado Chrono Cross, y que jugue hace varios años atrás. Lo primero, por supuesto, decir que es un juego excelente y altamente recomendable. Pero lo que me interesa destacar en este punto es el como un simple detalle, esta imagen, puede golpear como un meteorito el mundo que hemos construido hasta entonces, darle un giro y convertirlo en algo nuevo, brillante, pristino, lleno de un significado que no tenía antes. Y no es que lo hayamos sabido en ese instante. Lo supimos cuando intentamos imaginar la escena final y nos encontramos con ese rostro y esa mirada en medio de una playa desconocida, y entonces todo tuvo sentido.

1 comentario:

Unknown dijo...

Aunque no lo hubieras dicho, yo ya había identificado a la escena del EXCELENTE Chrono Cross, juego de la fabulosa SquareSoft, que también hizo los Final Fantasy que tanto amo.

Y si, a veces pasa como dices, una imagen lo cambia todo, con una imagen y mil ideas que salieron de ella creé montones de personajes de juegos de rol con historias bastante elaboradas.

Otra cosa interesante que sucede es que a veces tienes una idea que es buena pero no alcanza, y otro día encuentras otra idea que no alcanza, hasta que tu cabeza hace click y las enlazas, y queda algo fabuloso.